El Transporte Del Caballo

A veces es inevitable tener que realizar el transporte de uno de nuestros animales, bien sea por fuerza mayor, debido al inminente traslado hasta un centro veterinario o bien por que queramos llevar a nuestro animal a alguna romería, feria, etc… También existen ganaderías que realizan transportes frecuentemente debido a su actividad de compra-venta de caballos.

En principio y cuando se trata de un potro pequeño que viaja junto a la madre, es conveniente ampliar el hueco del camión para que el potrillo vaya lo suficientemente cómodo como para echarse en caso de que se canse. Al margen de lo que marque la normativa, lo ideal es esperar a que la cría tenga como mínimo entre dos meses y medio y tres meses para realizar el viaje, máxime si se trata de un viaje de varias horas.

En caso de tratarse de transporte de potros jóvenes de entre uno y tres años que no estén acostumbrados al viaje, es conveniente que viajen con otras crías con las que estén hermanados (siempre que sea posible). No obstante es fundamental utilizar protectores para transporte. Es normal que los animales se estresen y muestren síntomas de nerviosismo, así que para evitar golpes es muy necesario protegerlos bien y atarlos de forma que el ramal de la cabezada de cuadra no quede demasiado largo para evitar golpes en la cabeza.

Generalmente en el transporte de ejemplares más adultos o de concurso, además de la utilización de protectores para transporte, también es muy recomendable el uso de cubrecolas. Los huecos de los camiones y van suelen ser estrechos y el caballo tiende a apoyarse en la grupa para mantener el equilibrio. Con el uso del cubrecola evitamos que la parte superior de la cola del caballo llegue a destino “despeluchada”, lo que luce feísimo a la hora de presentar al animal en la pista del concurso.

Algunos animales se muestran reacios a la hora de entrar al remolque o al camión. Es muy necesario ser pacientes con ellos –pongámonos en su lugar, es algo para los que su instinto no los preparó- por lo tanto mucha paciencia y mucha serenidad en los gestos, aunque al mismo tiempo hay que intentar ser contundente al transmitir la orden al caballo de subir al camión, para ello nos podemos ayudar de una fusta que usaremos con suavidad. Siempre nos podemos ayudar de un cubo con un poco de pienso o de un poco de heno que pondremos delante de su boca para incitar al animal a seguir al alimento dentro del remolque.

Por lo general cuando dos animales van a ser transportados y uno de ellos ya está habituado a subir, es conveniente que éste lo haga primero, para que el más inexperto se sienta empujado por la querencia a seguir al otro ejemplar.

El transportista debe ser lo suficientemente responsable como para dar a los animales el descanso adecuado y tomar las medidas que sean convenientes para mejorar el confort en la medida de lo posible. Si una yegua está preñada hay que tener especial cuidado. Siempre hay que estar pendiente de hidratarlos y bajarlos cada cierto tiempo para que se muevan, pues un largo tiempo metido en el hueco del remolque puede ser muy contraproducente. En verano o con altas temperaturas, el remolque debe ir bien ventilado para evitar golpes de calor.

Mientras el medio de transporte está parado es normal sentir golpes y relinchos en el interior de éste, pero a medida de que pongamos en marcha el vehículo, los animales estarán más pendientes de mantener el equilibrio que de mirar al caballo que está a su lado.

En definitiva, no se trata más que de tener un poco de sensibilidad y de sentido común. El caballo no nación para subirse en un medio de transporte, siempre debemos tener esto muy presente. Seguro que utilizando un poco la lógica se solventan los pequeños contratiempos que puedan surgir cuando transportemos a nuestro caballo.